Del color que sean, déjalos que hablen. Que hablen rojos o azules, verdes o canarios. ¿Qué saben ellos de mí salvo que soy un cuerpo? Déjalos que de mí coman que me pudra entre sus dientes, que sirva de alimento a esta banda de gusanos que se adherirán a mi piel cuando por fin descanse. ¿Qué saben ellos de mí, salvo que soy un dócil cuerpo? De "Vino Rojo" 2003 Ed. Unión y UNEAC, La Habana (lina-zeron)
Etiquetas: azules, cuerpo, dejalos
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