Para negarte tendría que cortarme las manos, pudrirme dulcemente por el sexo… Sabes cómo odio negarte. Y odio esta sensación de estar atada a tu cuerpo. La lluvia de mis ojos es ácida si tú no la provocas. Para negarte tendría que matar mis sueños, apagar la luz casi desnuda de mis párpados y arrancar tus arlequines miembros dibujados con magia, con movimientos de lluvia. Si no estás tú grito en el teléfono, te nombro, alaridos doy. Odio esta orfandad que se apodera de mis sábanas.
De "La spirale du feu" 1999 Ed. L’Harmattan, París (lina-zeron) Etiquetas: negar tu amor, provocas, telefono
|
Publicar un comentario